El partido del siglo: Real Legamostrid vs Atlético San Bilbostián (10)


Viene de: El Exterior (9)

Antes de iniciar el viaje a la isla franca de Atocha, Mara Thon y Max Nitrofoska preparan sus armas y provisiones y descansan en la sala de espera de la Central de Comunicación.

Las pantallas emiten el partido del siglo. El clásico choque de Fútbol Sideral entre el Real Legamostrid y el Atlético San Bilbostián.

El Fútbol Sideral es de lejos el deporte con más seguidores en la Tierra, y desde luego el que más pasiones desata.

En un principio solo lo jugaban seres humanos, pero pronto los clubs vieron la ventaja que suponía alinear a androides en el equipo. Los androides metían tantos goles como los seres humanos, cobraban el salario específico androidal y podían variar sus características técnicas y caracteriales tan solo con modificar su implante de programas. Además apenas necesitaban entrenar. Y algo muy importante: cuando un androide era fichado y programado por un equipo, su organismo mecánico  sentía los colores de este equipo como si formaran parte de su ADN. Los defendía hasta la muerte. Literalmente. Porque el Fútbol Sideral había modificado sus reglas sustancialmente desde antes de la gran inundación. El equipo perdedor debía ofrecer un sacrificio. La muerte del perdedor se sumaba a los goles del vencedor para elevar el espectáculo al cénit del paroxismo. Cien mil seres vivos, humanos, androides y alienígenas navegaban simultáneamente durante dos horas en una órbita común: El Fútbol Sideral.

Dos estrellas brillaban por encima de todas con luz propia. Dos androides diseñados para el juego, el espectáculo y la muerte. Cristiano Inyustizia y León Messikoetxea.
Los dos astros del Fútbol Sideral despliegan lo mejor de su juego mientras el estadio ruge. El juego se desarrolla frenético. 

En la Central de Comunicación el televisor deja escapar una especie de quejido antes de explotar. El mando a distancia, que está junto a la pantalla sale despedido y golpea con fuerza el hombro derecho de nuestro querido androide Max Nitrofoska, que al sentirse atacado dispara su AK-47 al frente, con tan mala fortuna que la ráfaga alcanza en un pie a Min Heru, que lanza un alarido de dolor antes de caer al suelo.

Mientras, en las pantallas el partido entre el Real Legamostrid y el Atlético San Bilbostián se desarrolla con una intensidad escalofriante. Cristiano Inyustizia lanza un golpe franco. El balón golpea en la madera y la derriba. El astro del Fútbol Sideral grita, clama al cielo, se lamenta… “ké inyustizia” llora Cristiano. Todos los asistentes al estadio sacan sus pañuelos blancos y se secan las lágrimas. 

Min Heru también llora por el gol que no ha sido. La pena es tan grande que olvida su pie herido. Toda la población de Legamostrid olvida durante dos horas todas sus penas, sus heridas y la humillación cotidiana… si gana su equipo.

¿Conseguirá el Real Legamostrid hacerse con el partido?
¿Ganarán León Messikoetxea y el Atlético San Bilbostián?
¿Podrá Min Heru volver a caminar con el pie en este estado?

… continuará.



El Exterior (9)


Viene de: El androide asesino BRE Thon  (8)

La minera abisal Mara Thon y el androide Max Nitrofoska se preparan para iniciar su viaje. 42 kilómetros cruzando el territorio que se extiende desde la Central de Comunicación hasta la isla franca de Atocha.

Hace 20 años la Tierra sufrió una interrupción en su órbita. Chocó contra el asteroide XR-54. Como consecuencia del choque, los océanos de la Tierra se desplazaron sobre su superficie y arrasaron la mayor parte de las ciudades, incluso las situadas en el interior de los continentes. Este es el caso de Legamostrid, la ciudad en la que se desarrolla nuestra historia.

Legamostrid, como ya he dicho en un capítulo anterior, está formada por los restos de una ciudad tentacular cuyos tres núcleos principales eran Madrid, Móstoles y Leganés.

Hace pocos años parte de las aguas se retiraron y dejaron al descubierto un extenso territorio que había permanecido durante tres lustros bajo el agua.

Este nuevo territorio se conoce actualmente con el nombre de El Exterior. Lo más importante que debemos saber sobre El Exterior es que está fuera del control de La Corporación. El Exterior es ahora el hábitat de neuróticos, desquiciados, inadaptados y  terroristas asesinos.

Tantos seres y artefactos mecánicos bajo las aguas produjo interesantes y sorprendentes mutaciones. Las tostadoras, sin ir más lejos, en origen sencillos e inofensivos electrodomésticos, se convirtieron en cepos mortíferos. Su boca enrejillada se abría y cerraba en busca de carne humana. Una vez atrapada, la presa era electrocutada y posteriormente devorada por el organismo mutante, que había desarrollado un estómago con forma de tostada.

Otra mutación que incrementó notablemente la peligrosidad de El Exterior fueron los enormes anuncios de carretera cuya silueta es un toro. Lo que en Legamostrid se conocía como “el toro de Osborne”.

Las siluetas de Osborne sufrieron una mutación sorprendente, exagerada. Los anuncios de toro tomaron volumen y peso. Se transformaron en auténticos toros colosales cuyos extraordinarios cojones colgaban amenazantes. Los cojones de los nuevos toros de Osborne se balanceaban pendulantes y salían disparados hacia su objetivo en cuanto detectaban cualquier forma de vida. Los cojones de los toros mutantes se habían convertido en misiles mortales que además se regeneraban, como las colas de las lagartijas. Con lo cual cada toro mutante disponía de un arsenal prácticamente infinito. Los Toros de la Muerte, como se les conocía ahora, vivían solos, deambulaban cada uno por su cuenta por El Exterior, cada cual en busca de su víctima, a la que mataban por puro placer, porque ellos se alimentaban exclusivamente de vino dulce. A la puesta del sol, los Toros de la Muerte mugían a un volumen ensordecedor. 

En El Exterior, ahora también estaba Byron Ricardo Esteban Thon, BRE Thon, el androide asesino.

La misión de Mara Thon y Max Nitrofoska adquiría ahora un tinte dramático. 

¿Conseguirán su objetivo?

... continuará.