Viene de: El androide
asesino BRE Thon (8)
La minera abisal Mara Thon y el androide Max Nitrofoska se
preparan para iniciar su viaje. 42 kilómetros cruzando el territorio que se
extiende desde la Central de Comunicación hasta la isla franca de Atocha.
Hace 20 años la Tierra sufrió una interrupción en su órbita.
Chocó contra el asteroide XR-54. Como consecuencia del choque, los océanos de
la Tierra se desplazaron sobre su superficie y arrasaron la mayor parte de las ciudades,
incluso las situadas en el interior de los continentes. Este es el caso de
Legamostrid, la ciudad en la que se desarrolla nuestra historia.
Legamostrid, como ya he dicho en un capítulo anterior, está
formada por los restos de una ciudad tentacular cuyos tres núcleos principales
eran Madrid, Móstoles y Leganés.
Hace pocos años parte de las aguas se retiraron y dejaron al
descubierto un extenso territorio que había permanecido durante tres lustros
bajo el agua.
Este nuevo territorio se conoce actualmente con el nombre de
El Exterior. Lo más importante que debemos saber sobre El Exterior es que está
fuera del control de La Corporación. El Exterior es ahora el hábitat de neuróticos,
desquiciados, inadaptados y terroristas
asesinos.
Tantos seres y artefactos mecánicos bajo las aguas produjo
interesantes y sorprendentes mutaciones. Las tostadoras, sin ir más lejos, en
origen sencillos e inofensivos electrodomésticos, se convirtieron en cepos
mortíferos. Su boca enrejillada se abría y cerraba en busca de carne humana.
Una vez atrapada, la presa era electrocutada y posteriormente devorada por el
organismo mutante, que había desarrollado un estómago con forma de tostada.
Otra mutación que incrementó notablemente la peligrosidad de
El Exterior fueron los enormes anuncios de carretera cuya silueta es un toro.
Lo que en Legamostrid se conocía como “el toro de Osborne”.
Las siluetas de Osborne sufrieron una mutación sorprendente,
exagerada. Los anuncios de toro tomaron volumen y peso. Se transformaron en
auténticos toros colosales cuyos extraordinarios cojones colgaban amenazantes.
Los cojones de los nuevos toros de Osborne se balanceaban pendulantes y salían
disparados hacia su objetivo en cuanto detectaban cualquier forma de vida. Los
cojones de los toros mutantes se habían convertido en misiles mortales que
además se regeneraban, como las colas de las lagartijas. Con lo cual cada toro
mutante disponía de un arsenal prácticamente infinito. Los Toros de la Muerte,
como se les conocía ahora, vivían solos, deambulaban cada uno por su cuenta por
El Exterior, cada cual en busca de su víctima, a la que mataban por puro placer,
porque ellos se alimentaban exclusivamente de vino dulce. A la puesta del sol,
los Toros de la Muerte mugían a un volumen ensordecedor.
En El Exterior, ahora también estaba Byron Ricardo Esteban
Thon, BRE Thon, el androide asesino.
La misión de Mara Thon y Max Nitrofoska adquiría ahora un
tinte dramático.
¿Conseguirán su objetivo?
... continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario