El Exterior (9)


Viene de: El androide asesino BRE Thon  (8)

La minera abisal Mara Thon y el androide Max Nitrofoska se preparan para iniciar su viaje. 42 kilómetros cruzando el territorio que se extiende desde la Central de Comunicación hasta la isla franca de Atocha.

Hace 20 años la Tierra sufrió una interrupción en su órbita. Chocó contra el asteroide XR-54. Como consecuencia del choque, los océanos de la Tierra se desplazaron sobre su superficie y arrasaron la mayor parte de las ciudades, incluso las situadas en el interior de los continentes. Este es el caso de Legamostrid, la ciudad en la que se desarrolla nuestra historia.

Legamostrid, como ya he dicho en un capítulo anterior, está formada por los restos de una ciudad tentacular cuyos tres núcleos principales eran Madrid, Móstoles y Leganés.

Hace pocos años parte de las aguas se retiraron y dejaron al descubierto un extenso territorio que había permanecido durante tres lustros bajo el agua.

Este nuevo territorio se conoce actualmente con el nombre de El Exterior. Lo más importante que debemos saber sobre El Exterior es que está fuera del control de La Corporación. El Exterior es ahora el hábitat de neuróticos, desquiciados, inadaptados y  terroristas asesinos.

Tantos seres y artefactos mecánicos bajo las aguas produjo interesantes y sorprendentes mutaciones. Las tostadoras, sin ir más lejos, en origen sencillos e inofensivos electrodomésticos, se convirtieron en cepos mortíferos. Su boca enrejillada se abría y cerraba en busca de carne humana. Una vez atrapada, la presa era electrocutada y posteriormente devorada por el organismo mutante, que había desarrollado un estómago con forma de tostada.

Otra mutación que incrementó notablemente la peligrosidad de El Exterior fueron los enormes anuncios de carretera cuya silueta es un toro. Lo que en Legamostrid se conocía como “el toro de Osborne”.

Las siluetas de Osborne sufrieron una mutación sorprendente, exagerada. Los anuncios de toro tomaron volumen y peso. Se transformaron en auténticos toros colosales cuyos extraordinarios cojones colgaban amenazantes. Los cojones de los nuevos toros de Osborne se balanceaban pendulantes y salían disparados hacia su objetivo en cuanto detectaban cualquier forma de vida. Los cojones de los toros mutantes se habían convertido en misiles mortales que además se regeneraban, como las colas de las lagartijas. Con lo cual cada toro mutante disponía de un arsenal prácticamente infinito. Los Toros de la Muerte, como se les conocía ahora, vivían solos, deambulaban cada uno por su cuenta por El Exterior, cada cual en busca de su víctima, a la que mataban por puro placer, porque ellos se alimentaban exclusivamente de vino dulce. A la puesta del sol, los Toros de la Muerte mugían a un volumen ensordecedor. 

En El Exterior, ahora también estaba Byron Ricardo Esteban Thon, BRE Thon, el androide asesino.

La misión de Mara Thon y Max Nitrofoska adquiría ahora un tinte dramático. 

¿Conseguirán su objetivo?

... continuará.
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario