Dimitri Banzay

Dimitri Banzay es un androide transportista del espacio. En su gigantesco tráiler transporta a través de la Galaxia alimentos, vehículos, medicinas, vacunas y material inflamable.

El auténtico apellido de Dimitri es Uroff, pero en los caminos y grandes autopistas de la galaxia se le conoce por Banzay a raíz de un episodio del que fue protagonista. Fue el primer peldaño en su merecida y dilatada fama de conductor suicida capaz de cruzar la Vía Láctea. Sucedió hace quince años terrestres en el satélite orbital QR-Energi4. El único y colosal pozo de petróleo del satélite QR-Energi4 se había incendiado y amenazaba con devorar la superficie del asteroide. Solo una explosión descomunal sería capaz de atajar el chorro de fuego. Pero nada ni nadie podía acercarse al centro de aquel brutal incendio. El asteroide ardía. Todos miraban la inmensa columna de llamas atravesar el espacio.

Entonces Dimitri Uroff trepó a su gigantesco tráiler, desmontó todas las unidades excepto una, muy grande, que transportaba nitroglicerina electrosulfúrica, el explosivo más potente conocido hasta el momento.

Arrancó el motor, apretó el acelerador y la nave se dirigió con suavidad al foco del incendio. Cuando Dimitri no era capaz de ver ya nada, solo ese fuego abrasador y su calor insoportable, aceleró a fondo, abrió la escotilla de emergencia y se autopropulsó al exterior. La única palabra que se escuchó en la central de vuelos a través del transmisor de Uroff fue “Banzay”.

Dimitri salió indemne y el incendio del pozo se atajó. Fue recibido como un auténtico héroe por las autoridades locales y los medios de comunicación . La Corporación lo recompensó por las grandes pérdidas que había evitado a la compañía. Le obsequiaron con una Nave Intergaláctica nueva de gran tonelaje, una semana de Libre Tiempo en el Asteroide Karibeurano y total libertad para moverse por la galaxia.

Había nacido la leyenda de Dimitri Banzay.

Benedicto Elektrokaos, el músico de la galaxia


Benedicto Elektrokaos forma parte del primer experimento de La Corporación destinado a crear androides con sensibilidad musical. Para hacerlo se clonaron códigos genéticos de grandes músicos de la humanidad. Beethoven, Carusso, Paganini, Jimmi Hendrix, Keith Richards, Chuck Berry y muchos otros fueron duplicados para formar el “Alma” de Benedicto Elektrokaos. Un día agarró su guitarra y se fue de la base de experimentación. Los técnicos aconsejaron que no se le diera caza y se le permitiera la libre circulación por la Galaxia. Era la mejor obra cibernética de La Corporación, y el propio ingeniero jefe, Otto Rostropovich, para quien Benedicto Elektrokaos era la niña de sus ojos, firmó un salvoconducto que le daba derecho a circular con total libertad. Rostropovich contaba poder escuchar las futuras composiciones de Benedicto mediante un chip cuya existencia ocultó a La Corporación y que él mismo había instalado en los circuitos de su creación.
Hay que señalar que para La Corporación la música no solo era una diversión o un esparcimiento, sino sobre todo una muy valiosa arma de control social.

La petición de Otto Rostropovich fue atendida y aprobada con particular diligencia.

                                   

Ahora, Benedicto Elektrokaos toca en los tugurios de los lupanares orbitales y en los grandes escenarios  oficiales que la Corporación tiene distribuidos a lo largo de su Imperio. Arrastra todo tipo de instrumentos en su nave Turvolkswagen Intergalactic. También un Bazooka tiempo-espacio capaz de enviar al pasado a varios hombres de un toque de gatillo bien afinado. Este último instrumento le es de mucha utilidad para salir indemne de los frecuentes altercados que se producen en los Sateliclubs.

El cazador de recompensas

Max Nitrofoska es un cazador de recompensas intergaláctico.
Fue construido  y programado para dar caza a los numerosos enemigos que La Corporación tiene a lo largo de la Galaxia.
Pero algo falló en esa programación. Nitrofoska consiguió borrar parte de su código genético encriptado y se dio a la fuga. Ahora es un androide fugitivo del espacio. Sigue cazando seres humanos, marcianos, extraterrestres, seres orbitales y androides. Los vende a intermediarios sin escrúpulos. Con este dinero prosigue en la búsqueda del Plenilhumanium Felizidanka Askatasuna Libertaris, la mítica Piedra Filosofal que todo lo que toca lo convierte en felicidad y libertad.


Max Nitrofoska acababa de abandonar su nave espacial averiada en un recodo de Saturno. Tomó un transbordador al asteroide XR-54 donde contaba poder conseguir las piezas que necesitaba para su reparación. Nitrofoska quería comprar las piezas y algunos alimentos y regresar de inmediato, porque temía que los bucaneros del espacio desguazaran su nave. Pero al entrar en el almacén de Nicomedes Piromanzabal sucedió algo que cambió sus planes.

IMSERXO, Viajeros del Espacio

Max Nitrofoska, Benedicto Elektrokaos y Dimitri Banzay se conocieron en el asteroide XR-54. Este encuentro cambió sus vidas y probablemente la de toda la Galaxia y sus habitantes. Esta es su historia.


Max Nitrofoska, Benedicto Elektrokaos y Dimitri Banzayson cyborgs o androides, es decir, máquinas construidas y programadas para servir a los intereses de la Corporación.
Son esclavos, como todos los androides, o mejor dicho… eran esclavos. Ahora los tres se mueven por la Galaxia con entera libertad.


Nos encontramos en el asteroide XR-54, que posee un estatus único en la Galaxia en lo que se refiere al trato que puede dar a sus visitantes, que no tienen que dar a conocer su nombre ni identidad a la hora de tomar posada o comprar combustible. También disfruta de ventajas fiscales y cierta relajación penal.

Se trata de una serie de leyes que la propia Corporación le otorgó al asteroide XR-54 en los tiempos de la Guerra de los Mundos, y que oscuros intereses vinculados al estraperlo de todo tipo de productos, personas o cyborgs se han encargado de mantener vigentes.